¿ En qué consiste una cata de vinos?

Hoy en día, para saborear un buen vino, no hace falta haber pasado por cursos de cata de vinos , ni ser un experto en la materia ni ser un sumellier. Sólo hay que tener muy buen olfato, vista y gusto.

Para iniciarnos un poco en este mundo de la cata de vinos, explicaré las fases para poder començar a ser un poco expertos en la materia. Las fases son las siguientes:

Cata de vinos: Fases

  1. Fase visual: en esta fase, observamos el olor, color del vino, la densidad.   Al descorchar la botella, tendremos que primero oler el corcho. Aqui ya nos dara una idea de como es el vino. Seguidamente, pondremos un poco en una copa. Inclinaremos la copa cogiendola de la base o del “tronco de la copa” y la inclinaremos unos 45º sobre un fondo blanco. Aqui observaremos su color que nos dirá los años que puede tener. El vino tinto, cuanto más brillante y color rubí y cerezo sea, más joven es el vino. Si es más granate o teja tirando a anaranjado eso nos indicará que tiene más años y que puede ser de crianza.  Si movemos la copa y los rastros del vino caen con menor velocidad, eso nos quedra decique el vino es mas denso y por lo tanto tendrá mayor alcohol.
  2. Fase olfativa:  Sin mover la copa, olemos el vino introduciendo la nariz.  Lo primero que analizaremos son los aromas primarios, es decir, los aromas propios de la uva de naturaleza frutal o vegetal. A continuación,  agitaremos suavemente la copa para que el vino entre en contacto con el oxígeno y desprenda más aromas, los que se conocen como “aromas secundarios”  Seguidamente, agitamos con más fuerza para averiguar los aromas terciarios, conocidos como Bouquet. Éstos son más difíciles de adivinar porque se desarrollan durante y después de la crianza del vino y se pueden clasificar en diferentes familias ( animal, torrefactos, frutos secos,…..).

    Cata de vinos

    Cata de vinos. El olfato

  3. Fase gustativa: En esta fase es cuando percibimos las primeras sensaciones del vino en nuestra boca.  Con la lengua tratamos de apreciar los cuatro sabores: salado, dulce, ácido y amargo. Un vino perfecto es aquel que tiene equilibrado los cuatro sabores. Seguidamente definiremos la textura, clasificada como seda, terciopelo o satén. Aquí es donde interviene el tacto. Podremos notar, suavidad untuosidad como factores positivos o podremos notar astringencia o rugosidad como factores negativos. Una vez definida la textura, pasaremos a analizar la vía retronasal. Una vez bebido, expulsamos el aire por la nariz y si durante ese mismo período notamos las mismas sensaciones, diremos que ese vino es de larga retronasal. Finalmente destacaremos que sensación nos ha dejado el vino (ácido, tánico….) o puede no tener un final agradable o poco definido. Según ese final podemos hablar de un vino corto, medio o largo.